Con el sonido de tus palabras diciendo “mi sobrina favorita, como cuando te cambiabas a mi cama y me pedías que te leyera un cuento”, comenzó el despegue. Abrupto, rápido, brusco, muy brusco. Más de 14 años se cruzaron en un par de horas, en una especie de desvanecimiento temporal. Un abrir y cerrar de ojos y era como si nunca se hubiesen dejado de ver y hablar. Ya no eran juegos diarios ni caprichos infantiles, eran conversaciones por montones, risas, intercambio de historias y vivencias, tal cual, demostrando que la lejanía nunca había existido. Así de golpe volvieron las palabras de ella, habrá un nuevo regalo pronto y volveremos a compartir risueños días juntos, “reencontrándonos”, en medio de estos países de luces nocturnas y calurosas-cálidas tierras de día.
2 comentarios:
Es grato reencontrarse con las personas que uno ama...con la familia. Seremos pioneros en unir Norte y Sur, en aquellos lugares comunes, en los espacios del pensamiento enriquecedor y dejar de lado la mezquindad de aquellos que ponen alambres entre sus fronteras y billetes verdes en sus mentes.
qué felicidad cuando eso pasa, debe ser tan lindo.
me gusta que aproveches todo lo que la vida te da, lo mejor que se puede hacer es disfrutarla así, tal cual. ojalá todos lo hicieran. habría menos gente infeliz, quizás. tengo una esperanza de verdad, no como esas de cartón.
:)
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