lunes, 5 de noviembre de 2007

Llevaba un porta documentos



Salió del trabajo y cruzó el puente como todos los días. ¿Que cómo era? Era alto, delgado. Su cabello castaño claro caía ondulado desde su nuca. Su cuello era extremadamente blanco al igual que toda su piel, sus hombros huesudos, imponentes, sus brazos firmes, lampiños, y un tronco que daba a conocer años de ejercicio y preocupación física.

¿El carácter?, mmm, sin duda muy fuerte. Perfeccionista de nacimiento, amable, pero extremadamente rencoroso. Casi todo lo que se proponía lo lograba. Simpático, sí, lo que podríamos llamar: todo un “gendelman”, pero él como tantos que en sus porta documentos, portan documentos todos en un orden que no existe, no era capaz de proponerse ser feliz.

¿Cómo lo conocí? Ya, es la última respuesta. Ja, casualidades de la vida. Comprando, claro, ¿dónde más se puede conocer a un tipo así?, nos conocimos en el mall, o sea yo lo conocí, no se si él a mi.

Él venía del Servipag, de pagar cuentas, y yo, de saldar cuentas conmigo misma, llevando a cabo mi séptimo placer (los anteriores son: comer helado de frambuesa, caminar escuchando música, andar en bicicleta, mirar las estrellas, ver películas de Tornatore y releer “Quédate por esta noche”), comprar ropa.

Salí de la tienda, despistada como siempre, y chocamos, tal cual, sólo eso.

Recogió la bolsa que se me calló y me dijo “disculpa, iba apurado y no te vi”, parece que lo miré con cara de odio, porque acto seguido me ofreció ir a tomar un helado. Le dije que bueno, y ahí mediante una amena conversación supe quién era, qué hacía y como era su vida. Entonces, salí corriendo, deje todo, tomé mis llaves, fui al estacionamiento, desenredé la cadena, me subí a la bicicleta y comencé a pedalear.

Llegué al cerro quince y me tiré en el pasto, necesitaba tranquilizarme. Me di cuenta que no podía conversar con cualquiera como cuando era niña, que ahora me aterraban las personas así, y que quisiera o no, los comentarios de mi abuela, una vez más habían influido en mis reacciones. Había bastado con recordar unas frases para decirle gracias, tengo que irme y correr por los relucientes pasillos del mall. “Estos eternos hombres eternos, van atravesando el puente de la cuidad y odian sus propias sombras sin saberlo, por que, por que....Odian sus pisadas, y las monedas que llevan en los bolsillos, y los bolsillos que llevan en su existencia y la existencia que llevan en sus bolsillos y el sudor de sus camisas y el palpito de sus corazones es una entelequia de mierda”, ¿y qué se debe hacer entonces?, le había preguntado en esa ocasión a mi abuela, “no los mires piensa que no existen que no saben ni suponen (lo que ponen) no lo sepas, no los aprendas no los infles, no les des boleto ni pelotas, ni los pétalos de tus horas, ni tus iras, ni tus eros, ni tus oros, ni tus aros, ni tus rezos ni tus roces, ni tus rizos ni tus risas, ni tus sigilios, no tus sigilias, ni tus sismos, ni tus sismas”.

Pero ese día lo miré, fue inevitable hacerlo, era uno de mis lugares preferidos, y jamás pensé que él aparecería, pues sabía como era pero no donde lo era, donde llevaba a cabo su asquerosa existencia monótona. Y el jueves lo descubrí, trabajaba en la constructora de unos edificios que están realizando frente al forestal, era Gerente, y para tomar el metro (no tengo idea por qué) prefería caminar a la estación Patronato. Así que ese día, justo cuando a mí se me ocurrió dar vueltas en bicicleta, él como tantos otros, y al igual que todos los días de trabajo, cruzó el puente (llevaba un porta documentos) a vista y paciencia de todos, o al menos a vista y paciencia mía.

viernes, 21 de septiembre de 2007

A modo de comenzar


Esto de crear espacios utilizables en un lugar seudoimaginario que muchos usamos, pero ninguno sabe en que lugar tangible -porque no lo podemos tocar- o en que lugar físico -porque no lo podemos sentir- está, es raro. La verdad no se cuantas personas puedan leer esto, pero, no importa, podría considerarlo como su sitio bitacoresco, ocioso o "papel" de desahogo. Mm, veamos que puede salir de esto, que cosas pueden salir, quien sabe, y salen cosas interesantes. (la pantalla está mala, asi que ni idea que color es realmente este) Me presento. Mi nombre la verdad es como medio frío, al menos el primero, siempre he creido que suena medio rápido, quizás un poco fuerte, no sé, quizás porque son sólo dos sílabas ¿o tres?, diptongo-hiato y cosas, no sé, dos o tres. Mi edad, digamos que joven aún, más bien adolescente, digo, porque pucha que adolesco diariamente de mucho.Mis gustos, muchos.Mis entretenciones, variadas.Mis amores, un che guevara y un charles chaplin.-. Eso por hoy.